Verde manzana

Ácida y dulce. Pomposa, altiva... y sólo una fruta. Seductora (y cada vez más inalcanzable por su precio). Deliciosa. Ácida y dulce. Dulce y ácida. Como los amigos. Como las amistades. Como la maraña de cosas que pasan en mi cabeza y que no paran de entremezclarse para producir inexplicación en mis interlocutores.

Me gusta. La quiero. La quiero manzana. Y más que manzana, la quiero verde. Verde como los amigos que están por venir. Como las risas que ya imagino cruzándose en la mesa de mi casa. Risas entre apuntes, apuntes entre Series de Fourier y circuitos. Circuitos que tienen tensión; tensión que luego anulan los Hippies, corrientes de personas X que no se dejan querer. Ríos de risas y sonrisas cargadas. Cargadas de cargadas, desde ya. 

Y la heladera vacía. Y los cajones sin galletitas. Bueno, leche hay. Y té. Y café. Y matecocido. ¡Hey! Hay de todo ahora que lo pienso. Pero traigan, traigan para comer porque debería haber más.

Pero hay Maia. Y eso no se los da nadie más.

Hay Snowy. Y eso no lo quisieran, pero lo tienen igual :P

Haber hay. A gusto del consumidor. 
Y si no les gusta, ¿para qué vienen?

Creo que cada vez somos más masoquistas... ¿Por qué será?

Me gusta verde. Y más me gusta verde que manzana. 

Pero parece que vienen juntos y no los puedo separar. 

Y como me gusta el verde, los voy a aceptar juntos. 

Total, manzana, no está taaan mal.