Últimamente anda dando vueltas por mi cabeza (y mi alma, ¿por qué no?) un sentimiento persistente; un cóctel de impotencia, incertidumbre y tristeza, una fotografía irritante revelando la falta de compromiso de nuestra generación para con la sociedad, nuestra sociedad, nuestro entorno. Nuestro mundo, en definitiva.
¿Cómo vamos a poder cambiar las cosas grandes si no nos importa hacernos cargo de las pequeñas y cotidianas, que nos rodean día a día?
¿Cómo lograr entender que estamos verdaderamente conectados, que la humanidad es una gran red y que, nos guste o no, nuestras acciones realmente inciden sobre el resto?
¿Qué hace falta para percatarnos de eso y ponernos en acción?
Mejor dejo de preocuparme y empiezo a ocuparme, ¿no?
-.*