martes, 13 de abril de 2010

Mar13s

          Dormí poco y mal. Al salir de la cama, mi dedo chiquito del pie se dio de lleno con una de las patas de la mesita de luz. Me miré al espejo e intenté acomodar la maraña de cosas que se hacía pasar por cabello. Abrí la heladera. Y sólo quedaba un limón sin exprimir. Aún dormida, me bañé (casi me mato al resbalarme en la ducha) y me cambié. Por cierto, no tenía ropa limpia. Y ayer había hecho mucho calor. Me cepillé los dientes. Sin pasta, claro está, porque se había acabado. 
          Cazo mis auriculares y pongo el random de la lista de reproducción del celular. Respiro profundamente el "aroma" matutino de Buenos Aires. "Joz, qué bueno estar vivo". No van dos cuadras; se larga a llover. "Qué suerte. Traje el paraguas". Dos cuadras más y el mismo estaría totalmente destrozado, producto del amigable viento. Estaba visto que no era mi día.
          Mojada, sin ganas, con la boca apestando y recordando que no me había puesto desodorante, toco el timbre del 8ºA. Miro con mi mejor mueca retorcida la pantallita que me está registrando. "Pasá, pavota." Piiip y abro la puerta.
          "Beso". "Pasta dental. YA." Termino con los buches y, por esas casualidades de la vida, viene a mi mente la terrible idea ésa. "Beso" y extendía sus brazos esperando que corriera a su encuentro."Bancá, bancá, ban-cá. Más me vale no haberme olvidado". Por favor, por favor, por favor. Mmm, acá no están. Por acá tampoco. ¿En esta carpeta? Negativo. Doy vueltas patas para arriba la mochila. Nop. Ni señales de los papeles.
          "No los traje :( ". "Ah, pero vos sos viva." "Bueno, pero tengo los papelitos de los sugus que comí ayer. Y una canica que encontré en casa". "Eso lo arregla todo." "¡No es mi culpa! ¡Es el día!" "Claro... ¬ ¬ . Bueno, da igual. Ahora, beso."

6 comentarios:

BetangaX dijo...

Bueno, uno de mis peores días de este estilo ocurrió hace más o menos 3 años (2 y medio, en realidad).
Fue un viernes (pero no 13), así que he decidido llamarlo el viernes negro...

Me levanté temprano ese día, porque cursaba a las 8 am, y tenía mis motivos para llegar puntual.
La rutina arrancó bien, me bañé, me vestí y subí a desayunar sin mayores complicaciones.
Por cierto, por esa época yo vivía en una pensión estudiantil, desayunando en el comedor, junto a otras personas en condiciones similares a las mías.
Recuerdo que me entretuve conversando con alguien... pero no recuerdo quién era. Tampoco importa, sea quien fuera, esos minutos de más que me quedé charlando, fueron la primera ficha de ese funesto dominó que terminó por bajarme el estado de ánimo al mínimo. Sí, a ese estado que yo llamo "gruñosidad".
En fin, me calcé los auriculares y puse en funcionamiento a Prometeo, mi buen amigo MP3 a quien perdí hace un par de años. Y esos auriculares, pensar que esa persona con quien me quedé charlando los habrá visto colgando de mi cuello, sin sospechar siquiera que los estaba condenando a una prematura extinción...

O sea, si no me hubiera entretenido charlando, habría salido más temprano. Si hubiera salido más temprano, no habría sido víctima de la lluvia que, de un momento a otro, comenzó a caer con tanta fuerza que si pasabas mucho rato expuesto a ella te volvías más enano.

Luego, si no me hubiera expuesto a la lluvia, no habría llegado completamente empapado al subte, ni me hubiera ocurrido que, al bajar a esperarlo, la luz se cortara y tuviéramos que abandonar la estación a oscuras, mientras el guardia nos gritaba desde arriba de las, ahora, inactivas escaleras mecánicas que el servicio se interrumpía por problemas técnicos.

Obviamente, de no ocurrir esto no habría subido para encontrarme con un panorama inesperado, el agua literalmente había inundado la estación y caía en forma de cascada por la escalera de la boca del subte.

Tampoco me hubiera marchado rápidamente (pues se me hacía tarde), mientras algunos se detenían en la ventanilla para reclamar la devolución del pasaje.

BetangaX dijo...

(viene del anterior)
Eso sí, como no habría salido por la misma boca por la cual entré, me habría perdido de la vista de Plaza Italia tapada por la bruma, mientras que el agua nos llegaba a todos los inocentes peatones a los tobillos.

Lógicamente, tampoco habría necesitado la campera impermeable (que me hace transpirar más de lo que me protege de la lluvia) que fui a buscar a la pensión.

Como no habría vuelto a cambiarme, no me habría cruzado a una piba americana de las que vivía en el mismo edificio, y no la habría saludado.

No habría regresado a mi habitación para encontrar todo tal cual lo había dejado, pues el único de mis compañeros de pieza que estaba (los otros dos eran extranjeros y, en mi pensión, eso era sinónimo de que uno nunca podía saber a ciencia cierta por qué parte del país andaban. Por esa época los dos andaban desaparecidos hacía como dos semanas), continuaba durmiendo, ajeno a el Apocalipsis fluvial que se estaba desatando afuera.

Mucho menos me habría cambiado toda la ropa, excepto las medias y las zapatillas (total, si el agua hasta los tobillos me las iba a volver a empapar), ni me hubiera enojado al comprobar, al salir del edificio, que, tan súbitamente como había iniciado, la lluvia había decidido detenerse.

No habría tenido la duda de si entrar a cambiarme las zapatillas, ahora que la podía pilotear más, yendo por la vereda, ni hubiera optado por dejarme las que tenía puestas, pues ya se había hecho muy tarde y tenía que partir hacia mi facultad inmediatamente.

De no ocurrir todo lo anterior, no habría regresado al subte para comprobar, no sin cierto enojo incipiente, que el subte todavía no se encontraba funcionando. Por ende, no habría partido hacia la parada del colectivo que me podía llevar.

Claro, entonces tampoco habría puteado cuando el 3er bondi pasó, hasta la manija, sin detenerse por la parada en la que me encontraba.

BetangaX dijo...

(sigue del anterior)
Ahora que lo pienso, tampoco me hubiera sorprendido a mí mismo al no reaccionar con enojo, sino más bien con resignación y calma, decidiendo volver a mi pensión a cambiarme las zapatillas y luego caminar hasta la facultad (sí, caminar las 60 cuadras; no es que no lo hubiera hecho antes, y hoy necesitaba serenarme). Obviamente, no habría tenido la oportunidad de recordar que tenía que comprar un par de cosas en el supermercado, ni habría decidido aprovechar la ocasión, cosa de dejar tales productos en mi habitación.

Dominósamente, entonces, puede deducirse que habría estado en mi facultad, distrayéndome sin prestar atención en Matemática Discreta, en lugar de haber pasado a comprar al supermercado las cosas que me faltaban (creo que shampoo estaba incluído en la lista).

No habría llegado a mi pensión escuchando música en mi MP3.
No habría, casi ni molesto por todo lo anterior, abierto la puerta con la mano que no tenía ocupada con la bolsa de supermercado...

Pero bueh, la cuestión es que SÍ me entretuve charlando con esa persona, SÍ salí unos minutos más tarde de lo debido de mi pensión y SÍ ocurrieron todas las cosas que, de otro modo, se hubieran evitado.

Como no se evitaron, terminé en esas circunstancias, entrando a mi pensión completamente ajeno a la escena que se estaba por desarrollar.
Mi pensión tenía una planta baja algo así:

H
--------------/--
|EEEE |
|EEEE |
|EEEE |
|EEEE |
|EEEE |
|EEEE |
|EEEE |
| |
| |
| G |
| ----/---|
| |
| |
| /
|EEEEEEE|
|EEEEEEE|
| |
--/------
T

(Lo sé, dibujar planos con ASCII no es algo en lo que sea muy ducho)
La puerta marcada con una T es la puerta ppal., por la cual yo estaba ingresando, las 'E' señalan las escaleras. Puede verse que tenías dos escalones apenas entrabas, y más adelante las escaleras que conducían al primer piso. La puerta marcada con una H es la de mi habitación, hacia donde yo me dirigía.

BetangaX dijo...

(viene del anterior)
Bueh, la cosa es que entro, cierro la puerta a mis espaldas y subo los dos escalones que continuaban el camino.
Recién ahí noto un grupo de 5 o 6 personas, centrado en el punto marcado con una G.
No era algo para nada extraño que la gente se reuniera en mi pensión, así que no me sorprendo y me dispongo a pasar entre ellos hacia mi habitación.
En eso, escucho una voz gritándome, proveniente del grupo.
"YOU! YOU DID IT!"
Ehhh, primero identifico de quién venía la exclamación. Era una yankie, amiga de la que había saludado en mi última incursión a la pensión (la que yo había saludado también andaba por ahí). La mina estaba como loca, completamente roja, escupiendo al hablar (gritar), los pelos casi erizados y la mirada de odio sin pestañear que emitía iba dirigida a mí.
"Ehhh, ¿qué pas..?" Trato de preguntar, pero la LOCA esa ya estaba parada frente a mí, completamente sacada, gritándome:
"I KNOW YOU DID IT! DON'T PLAY STUPID WITH ME! YOU FUCKING DID IT!"
Yo, riéndome nervioso, trato de preguntarle a otra de las minas qué carajo pasaba, porque esas situaciones en las que no sabés cómo carajo reaccionar siempre han sido mi punto débil. Sin embargo, nunca llego a preguntar nada, porque la orate se me viene encima, me dice algo como: "TAKE THOSE FUCKING THINGS OFF!" mientras me arranca los auriculares de los oídos y me empuja hacia atrás, obligándome a bajar los escalones en reversa, a fin de evitar partirme a crisma contra la puerta.
Le grito "Pará, loca de mierda!", pero los nervios me hacen continuar riendo, lo cual la exaspera más, y vuelve a empujarme mientras repite, al límite de la locura: "YOU FUCKING DID IT! YOU FUCKING DID IT!"

Por suerte para mí, las amigas vienen a calmarla, dándome la oportunidad de preguntarle a Mariela (una de las señoras encargadas), la cual se encontraba ahí sin saber qué hacer o decir, qué demonios pasaba!

Resulta que Mariela me cuenta que algún vivo había tomado un balde, o recipiente similar, y lo había llenado de agua. Posteriormente, había vertido dicho agua por debajo de la puerta de la habitación de la mina, inundándole la vida.
Libros arruinados, ropa estropeada, electrónica destruída. ¡Como para no sacarse! Pero... ¡yo no lo había "fucking" hecho!
Sin embargo, como no habían encontrado al culpable y yo era el único al cual habían visto pasar por esa zona, me había convertido en el principal sospechoso.
Le explico a la gente que yo no lo había hecho, pero el enojo de la mina no amainaba. No obstante, parecía haberme creído, pues su frase había mutado en "YOU KNOW WHO FUCKING DID IT! TELL ME WHO FUCKING DID IT!"
Al ver que era imposible razonar algo más con esa mina sin ser cagado a trompadas, me cagué en todo ese drama y me fui a mi habitación. Allí, mi compañero, que se había despertado por el quilombo de afuera, se rio de lo lindo cuando le conté mis desventuras, cosa que hice mientras me cambiaba las zapas por un par más seco (las medias también, claro).
Cuando salgo nuevamente, el grupo de gente ya no estaba allí y pude salir sin problemas.

BetangaX dijo...

(viene del anterior)
Para despejarme, decido mantener mi plan de irme caminando a la facultad (además de que ya era tan tarde que no tenía sentido querer irme en subte o bondi).
Mientras me iba calmando, recordé que tenía a Prometeo, y me coloqué los auriculares a fin de ponerle a algo de soundtrack a mi caminata.
Con horror, comprendí que no funcionaban. ¡¡¡La yankie del orto me los había roto! ¡¡¡A los dos!!!

¡Furia! Comienzo a caminar más rápido, quería llegar lo antes posible a la facultad y olvidarme de todo. Pero por caminar rápido, pisaba fuerte, y por pisar fuerte, presioné la típica baldosa endemoniada que te baña de barro las gambas.
Y mi jean quedó marrón.
Y mi ánimo quedó rojo.
Estaba a punto de cagar a trompadas al primero que me mirara medio mal. Pero, por suerte, creo que exclamé "¡AGHHHHHH! ¿Qué onda? ¿TODO mal, hoy?" y, como respuesta, se volvió a largar el diluvio.

Fue entonces cuando mi enojo hizo overflow. Simplemente me calmé, me resigné, y enfilé para la facultad bajo los kilos de agua que hacían aumentar el famoso porcentaje de 70% que tenemos los cheres chumanos.

Después de todo, mis compañeros de facultad seguro iban a pasar un buen rato a costa de mis desgracias :P

Fue por esa reacción, tal vez, que no me molesté (casi) para nada cuando mi compañero de habitación me llamó al mediodía para avisarme que los directivos de la pensión nos querían cambiar de edificio al otro donde mandaban a los quilomberos...

Y el resto del día, fue bastaaante normal :)

BetangaX dijo...

Yapa:
Ahora me pregunto quién habrá sido esa persona con quien me entretuve charlando.
¿Sabrá que su pequeña conversación conmigo ocasionó todo esto?
O sea, si no me hubiera quedado charlando con él/ella, no habría ocurrido que, luego de más o menos una semana desde el viernes negro, y después de otra pequeña lluvia torrencial la noche anterior, me haya chocado tanto que Mariela me contara:
"Al final, con la lluvia de anoche se dieron cuenta de que lo que había pasado la otra vez fue que un caño de descarga de las canaletas del techo estaba roto y por ahí se filtró el agua que les inundó la habitación a las chicas"
"¿Ahhhhh, y NUNCA se habían dado cuenta de eso antes?", pregunté, en parte con ira y en parte con legítimo interés.
"No, es que parece que la que rompió el caño fue la chica que te empujó el otro día. Parece que la noche del jueves (previo al viernes negro) llegó borracha a su habitación y, al ver que había perdido las llaves, quiso abrir a patadas la puerta, rompiendo el caño (plástico) que pasaba justo al lado, a través de la pared."

Si no maté a todos los presentes, empezando por Mariela que me lo contaba todo con tanta calma, fue porque me daba paja caer en cana.
Si perdoné a la yankie cuando me vino a pedir disculpas después de un par de semanas, fue porque a mí el enojo se me pasa relativamente rápido :P
Ahora que lo pienso, el día que me pidió disculpas fue el día en que tuvimos que evacuar la pensión por una amenaza de bomba, que a algún CAPO se le ocurrió hacer cuando yo me estaba bañando!
Pero eso es otra historia...

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