domingo, 18 de julio de 2010

Not THAT simple

Uno cree que es sumamente sencillo hablarle a un desconocido. Más si se desea efectuar el acto comunicativo en un medio de transporte donde, por un período de tiempo, sendos individuos están destinados a permanecer en el mismo recinto. (Genial para mi, que soy propensa a ahuyentar a las personas con lo que digo - en especial a los chicos, pero ése, justo ése, es OTRO tema).

Empero señores, no es tan así. Y antes de seguir, les voy a aclarar algo. No soy tan buena onda como se imaginarán (porque desde ya que trataron de imaginarse como soy, en todas mis formas, colores y personalidades inventadas. Obvio.). Pero charlar con las personas en esos días donde estoy tratable es algo que me produce mucho deleite. Más si la conversación es bilateral y llega a buen puerto (léase, una dirección de e-mail, un número de celular, caminar junto con él a su casa... Eh, algo de ese estilo). Y dentro de todo, el poco carisma que tengo cada tanto funciona como es debido y logra entablar diálogos no-trillados, entretenidos y relativamente duraderos (Hey! Hablar veinte minutos de corrido con alguien totalmente desconocido no es poco) que me permiten expresar aquello por lo cual, a priori, había tenido ganas de acercarme a esa persona.

En realidad, todo lo de arriba es una intro barata para poder escribir lo que sigue.

110. Tarde, bastante de tarde. No tarde de tarde-noche, sino de tarde-tarde. De la tarde entrada en tarde y no de "tardecita". A eso de las cinco de la tarde, para ser más específica. Perdida en el ruido de las bocinas, del nenito con acento centroamericano inquiriendo sobre no-sé-qué a su mamá, las colegialas quejándose por tener que rendir exámenes ahora y no luego de las vacaciones (e indignadas por no tener tiempo para estudiar... No las culpo. Yo también pensaba así. Después la facultad te sopapea y muestra otra realidad.), el papá cuidando que Tomi no hiciera lío, porque había mucha gente. Y cuando hay mucha gente en un colectivo, la gente empieza a no poder sentarse. Y cuando la gente se queda parada y sigue subiendo gente, cada vez la gente está más amontonada. Y gente + gente =  mucha gente de malhumor, poco espacio, mucha transpiración y cosas feas que no vienen al caso. Vale aclarar que yo estaba sentada (pocas veces ocurre, por eso me jacto en esta ocasión) así que pude soportar un poco mejor todo ese barullo.

Media hora después la cantidad de pasajeros había disminuido. Parada. "Uno veinte, por favor". Camina lentamente, observando los asientos vacíos hasta decidir con cuál quedarse. 
¿Qué se supone que piense cuando veo a una chica de aires "hippie" sentarse en frente de mi y noto sus largas y puntiagudas orejas? No sé qué pensarán ustedes, pero mi primera idea fue (y ríanse todo lo que quieran porque hasta a mi me pareció sumamente incoherente):

"Haría un excelente cosplay de elfa".

Y automáticamente recordé un personaje que me habían mencionado hacía unos días (toda mina rubia de animé sirve, al parecer, como posible personaje del cual disfrazarme): Deedlit de Lodoss War


Cabe aclarar que no tengo ni más remota idea de esta muchacha más allá de la imagen y el nombre. De todas formas, la chica del colectivo era morocha, así que en realidad me hacía recordar más a Arwen. (¿Hace falta un link?)


El punto de toda la cuestión es que, por más caradurez que uno tenga, no es tan fácil pararse, acercarse a un completo extraño y decirle "Che, ¿sabés qué? Tenés las orejas puntiagudas y un aire genial que te hacen perfecta para interpretar el papel de una elfa. ¿Te prendés a hacer un cosplay?" (Faltaría nomás un "¿Y dale que sos mi amiga? Porque parecés una mina hiper copada. Re banco la ropa que llevás puesta").


Así que si alguna vez alguien con orejas puntiagudas nota que una piba en el colectivo lo mira fijamente de a ratos, no es que le esté causando extrañeza ni que lo esté mirando reprobatoriamente. Sólo sepan que le encantaría ir y ofrecerles algo totalmente ilógico e inusual.




PD: No tienen idea de lo que tardé en encontrar el nombre de Deedlit. De hecho, este posteo es de hace dos días. Lo frené sencillamente porque no tenía ese fuckin nombre jajaja. Y San Google me anda defraudando últimamente... 


1 comentario:

BetangaX dijo...

Posta que no siempre es tan sencillo hablarle a un desconocido. Me aventuraría a decir que depende del desconocido, si lo pienso bien. Pero en fin, posta está bueno conocer gente nueva, y lograr iniciar una relación de ésas, surgidas espontáneamente, que uno necesita tener cada tanto.
En mi caso, ahora que lo reflexiono, he tenido más "inicios" de relaciones en las paradas de los colectivos que en los propios bondis, mirá vos.

Pasando al tema de la piba de orejas puntiagudas, ¡qué buena onda que una mina tenga facilidades para eso!
Sólo pensalo así la próxima vez que te encuentres a alguien de ese estilo: Si vos fueras ese alguien, ¿te molestaría que te vengan a proponer algo así de raro?
O sea, aún si no te cupiera la idea, te dejaría un relato de algo raro que contar. Y si te fuera la idea, ¡¡¡genial!!!

Por eso no hay que negarse a esa oportunidades, aunque concuerdo en que a veces (muchas más de las que yo quisiera, por lo menos), no es tan fácil acercarse y entablar una charla con un desconocido. Más si tu charla incluye proponerle que se disfrace de un personaje que tal vez ni conoce.

Ahora... ¿¿¿por qué no de Campanita???
:P

¡"spong", para todos los cosplayers!

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